2 de febrero de 2013

Voy de bar en peor.


 No podrías ser feliz enamorada de un poeta.
— Ah, ¿No? 
— Eres demasiado egoísta como para compartir vuestra cama con su musa.
— Pero, ¿Y si fuese yo la afortunada?
— Entonces es él quien no podría ser feliz enamorado de ti. El poeta necesita morir tres veces al día; necesita respirar dolor y fumar en el salón con los pies encima de la mesa. Necesita tener la conciencia sucia, y no le importará meterla en la cama. Contigo no podría hacer eso; das demasiado, pides demasiado y en definitiva tus siete vidas sólo dan para dos días y medio.
— Bueno, en dos días nos da tiempo a follar...
— ¿Y luego?
— Y luego le dejaré desnudo, fumando en el salón con los pies encima de la mesa mientras yo le mato con mi ausencia. 
— ...parece un buen plan.
— Será aún mejor polvo.

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